CARACAS.- "Con Chávez y Maduro, el pueblo está seguro", coreaban ayer algunos en la fila para entrar al velorio, en donde muchos pasaron la noche para llegar hasta la capilla en la Academia Militar.
Ahora los reflectores están sobre el vicepresidente Nicolás Maduro, que fue ungido en diciembre por el propio Hugo Chávez como su sucesor político. Fiel lugarteniente del fallecido presidente, el ex sindicalista tendrá sobre sus espaldas el desafío de seguir con el proyecto socialista. Aunque las autoridades tienen que convocar a nuevas elecciones en un plazo de 30 días después del deceso de Chávez, como establece la Constitución venezolana, todavía no se ha establecido una fecha para los comicios.
Pese a que la popularidad y el carisma de Maduro no se acerca siquiera a la de su mentor, analistas creen que tiene todo a favor para repetir el triunfo de Chávez del año pasado en las urnas por la emotividad que desató el deceso del mandatario.
Los vehementes partidos opositores, aunque han mantenido un respetuoso silencio, no se han quedado de brazos cruzados.
La coalición de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acordó esta semana postular a Henrique Capriles, un gobernador con ideas de centro y ex candidato presidencial, para enfrentar a Maduro.
A pesar de que sacó a millones de la pobreza, con su controvertido discurso "antiimperialista", las nacionalizaciones de empresas y su ofensiva contra los ricos, Chávez marcó una frontera divisoria en el país miembro de la OPEP.
Mientras millones lo adoraban, otros tantos se quejaban por la galopante inflación, la creciente inseguridad, la falla en los servicios y la escasez de productos.
La nueva elección deberá ser convocada una vez que la Asamblea Nacional (Congreso) formalice la falta absoluta del presidente. Según la Constitución, los comicios se celebrarán dentro de los 30 días consecutivos siguientes a la fecha de la declaración de ausencia.
Ante esto, los analistas hablan ya de una próxima campaña electoral relámpago, con el oficialismo aprovechando el legado político de Chávez, quien mantuvo el poder durante 14 años. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) podría pronunciarse sobre la fecha de las elecciones, aunque algunas de sus recientes interpretaciones judiciales han generado polémica. Ya una decisión del TSJ del 9 de enero declaró que el gobierno de Chávez podía continuar sin que él se juramentara, lo que causó un rechazo en la oposición, que al final acató el fallo. El escenario político hace ver a Maduro en campaña, reteniendo el puesto de presidente encargado gracias al fallo del TSJ y repitiendo la fórmula de Chávez de aparecer constantemente en los medios oficiales. Por su lado, la oposición espera refrendar su confianza en Capriles.
El abogado y analista político Fernando Egaña dijo a que la sucesión de Chávez debería regirse por la Constitución, que establece que cuando se produzca la falta absoluta del presidente electo antes de tomar posesión, se encargará de la presidencia el jefe de la Asamblea Nacional.
"Es obvio que Chávez no se juramentó como presidente para el nuevo período. Sin embargo, el TSJ decidió una interpretación distinta, al disponer que el nuevo período sí empezó efectivamente, aún cuando no hubiera habido jura y toma de posesión formal de Chávez, en lo que se denominó continuidad del gobierno", expuso.
"Entonces, como ya empezó el período, según el TSJ, al producirse la falta absoluta, asume la presidencia el vicepresidente Maduro. En verdad, lo que ocurrió es que el TSJ se adaptó al esquema de sucesión de Chávez, en el cual el sucesor debía ser Maduro y no Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional", dijo.
La Constitución señala que en caso de ausencia definitiva del presidente electo se convocará a nuevas elecciones y que será el jefe de la Asamblea Nacional quien se encargará de la presidencia hasta la consulta. Egaña dijo que el fallo del TSJ alteró la línea constitucional declarando la continuidad del gobierno.
Con ventajas
Como encargado de la presidencia, Maduro tendrá mayor margen de acción para su campaña y su presencia en los medios oficiales.
El analista político Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis, dijo que en Venezuela no hay riesgo de inestabilidad política, pues caminará en paz hacia la elección. "El hecho de que se convoque a una elección inmediata es muy estabilizador y dominará la escena política. Chávez termina su vida con un alto nivel de popularidad. La pregunta clave será qué parte de él será realmente transferible. El chavismo trabajará duro en la agregación de valor sobre su líder para consolidar su simbología", indicó.
Respecto de la oposición, señaló que Capriles no tiene competencia dentro de la MUD y conserva un reconocimiento como principal líder opositor de 72%. "No hay acuerdo posible que no pase por él. Su campaña fue exitosa frente a la historia opositora. Si bien hay líderes y partidos contrarios a Capriles, el pragmatismo prevalecerá y el candidato estará en el ruedo en breve", agregó. (Reuters-DPA)